Tal vez si Málaga tuviera un museo en el que estuviesen representadas las vanguardias históricas como Manuel Barbadillo, Stefan, Brinkman u otros artistas de reconocidas trayectorias posteriores, el desfase entre la ciudad museística que se está construyendo con referentes históricos, quedaría mitigado y habría un equilibrio entre lo externo y lo propio que haría más entendible el modelo de gestión.
Fuente: Diario SUR (Málaga). 25 de mayo de 2015